sábado, marzo 11, 2006

Bienvenido Otoño


Es otoño, mi estación del año favorita. Es increíble, pero es la única época del año en la que la gente y yo compartimos algo, por tan solo un momento compartimos la adoración a la belleza de la muerte, pero ellos no se dan cuenta de ello, como siempre esta urbe sin razón ni sentimientos solo se fija en lo externo sin preguntarse la verdadera esencia de esta belleza, que en este caso no es otra que la hermosura que trae consigo el beso de la muerte. Paseo por las alamedas cubiertas del rojo sangre de estos cadáveres, sonrío dulcemente ante tan magnífico espectáculo, el gemir de los cuerpos al sentir mis pasos desgarrando sus entrañas, el viento es frío, como el gélido aliento de la tumba. Y todo parece prepararse con lastimoso ánimo a recibir el peso del crudo invierno. Aquí no cae nieve ni muere gente congelada, lo que es una lástima, sin embargo tengo la diversión de la lluvia y el viento que más de un despojo de hombre suelen arrancarle a la vida.

11 comentarios:

Kaos dijo...

Aunque sea tu alter ego lyrico, mi amor, me parece que son pensamientos demasiado oscuros. Sobre todo el goce con la muerte ajena.

Mu juerte pa mi gusto.


Pero curiosamente el post te quedó hermoso... jajaja...

Por cierto que tambièn mi estación favorita es el otoño. Por razones "poéticas" y prácticas. Obviamente por razones estéticas también (no sólo el entorno, también la gente). Lo malo es que en Valdivia casi no dura nada el otoño... es quizá lo único que le cambiaría a mi ciudad.

Te amo mucho.

Blutspan dijo...

mu fuerte?
yo creo que es menos fuerte que la vida misma...

La muerte es un paso, y el hecho de desvancerse es también de cierta manera hermoso (como lo es nacer).

YO amo otoño y primavera. Como bien sabes adoro los bosques, y es en otoño y primavera donde mejor se ven. De hecho si vivieras por aquí cerca o si yo viviera por alla cerca, seguramente me verías deambulando por los bosques.

Aproposito de muerte y bosques me acordé de una banda.... OPETH. [http://www.opeth.com] Y una de sus líricas dice:

"They are the trees
Rotten pulp inside and never well
Roots sucking, thieving from my source
Tired boughs reaching for the light"

De la canción "Reveries / Harlequin Forest"

Os la enviaré pequeña.
Nos leemos.

Kaos dijo...

Hahahah... que típica respuesta "la muerte es un paso" o "es parte del ciclo natural de las cosas". Decir eso es obvio. El punto no es la muerte, es cómo.

El que una persona muera abandonada en la calle, hambrienta, congelada y sufriendo no es la misma muerte "idílica" y natural, parte de un ciclo y bla bla bla que muchos pseudorománticos y pseodo góticos adoran.

Es lo mismo que con muchas cosas, la gente simplemente ve lo que quiere ver y lo adora y lo ensalza y lo torna en algo taaaaaaaaaan poético... Eso es tanto o más ridículo que rehuir de la muerte porque si o condenarla como una encarnación del mal.

Si, hay belleza en la muerte. Pero no en todas. ¿O ahora me vas a decir que ver como a un tipo le cortan la garganta frente a una cámara mientras suplica por su vida es bello, romántico y parte de un ciclo?

Por favor...

Kaos dijo...

Por cierto... concuerdo contigo en que los bosques son lo máximo.

Sobre todo aquellos en los que puedes respirar el tiempo, en que se siente la presencia de cientos de años en un mismo lugar, con su propia vida. Los mejores bosques son los densos, un poco oscuros, en que te sientes como en una catedrál o en un templo griego, lleno de columnas majestuosas que se elevan hacia arriba y te empequeñecen.


Uf... nescesito bosques.


¿No te parece que una de las cosas más criminales de los últimos años es esa miserable camapaña "bosques para Chile"?... El lamentable que le traten de lavar la mente a la gente para hacerles creer que ESO, una plantación de mierda, es un bosque. Sólo cabe esperar que las personas no se tragen ese cuento y que las nuevas generaciones no juren de guata que las dos cosas son lo mismo...

Blutspan dijo...

Cierto, una muerte puede ser horrible, pero también puede serlo un nacimiento.
Ejemplo:

YO naci con apgar 6, ahorcado en mi cordón umbilical. Salí por cesárea; madre a UCI, yo a incubadora.

¿Donde hay belleza en eso?

No está en el cómo si no en el hecho.

Si muero molido por una trozadora de madera o de viejo en mi cama no es a lo que se vanagloria. De lo contrario la pequeña estaría escribiendo poesía gore. (lo cual sería entrete por lo demás pero medio extraño)

Y sí, me gustan los bosques. =)

Kaos dijo...

No recuerdo haber dicho que un nacimiento deba ser bello...

La vida no suele ceñirse a nustros cánones de belleza o fealdad... sin embargo hay un acto de belleza intrínseco en ella, desde el momento que es creadora. Incluso en un hecho lamentable como el que cuentas, existe un gesto de belleza: alguien te ayuda y puedes vivir. Y gracias a eso puedes tomar tu camino y vivir tu vida, apreciar lo bello y lo feo y emitir tu juicio.

El hecho en si no es nada bello, obvio...

Pero como dije... nadie dijo que la vida sea siempre bella.

Princesa Panda dijo...

"Nada nuevo surge sin la muerte"
Herman Hesse

Blutspan dijo...

Au contraire, es la vida lo que nos enseña que es lo bello y que es lo feo.

Tanto nacer como morir puede ser considerado bello como feo.

Yo considero ambos bellos por ser un proceso (aunque suene cliché) natural.

Enough said.

Blutspan dijo...

Hablemos de bosques. =)

Blutspan dijo...

Y llenémos este blog de comentarios adorables.

Antes de que la humanidad se nos suba y se desate el infierno.

n_n


Pino o Ciprés?

Kaos dijo...

Ninguno de los dos. Prefiero los monumentales alerces. O las araucarias, que tienen una corteza como acorazada, como de piel de dragón. Los laureles con sus troncos imponentes, mezclados con un denso entramado de arrayanes, maquis, helechos y gigantescas hojas de pangue.

De hecho, una de las cosas más importantes que debería tener un bosque, para mi, es un tupido sotobosque. Así aumenta la cantidad de verdes diferentes, se llenan los espacios y se produce esa sensación de que uno nunca sabrá realmente cuanto hay en esa espesura. Los helechos, con sus verdes profundos y texturas etéreas, pero llenantes, son geniales en ese sentido.

Pero claro... entre pino y ciprés... obviamente el ciprés, sobre todo el de las guaytecas.