Mi soledad no volverá a ser verdadera soledad. Ahora siempre me acompaña la diosa de la venganza.
En la oscuridad, esperé el alba. Cuando la mañana llegó, me maldije y rogué volverme loco, antes de que la noche volviera de nuevo.
Sin embargo, los ruegos no fueron respondidos. Incluso intenté suicidarme, pero las manos del inmisericorde Lucifer me trajeron de vuelta.
El conde de Montecristo (Gankutsuo)
domingo, junio 25, 2006
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