Un tropiezo

La actitud de la sociedad chilena generalmente sigue el mismo patrón que un niño pequeño al caer. Si tropezamos no nos detenemos a pensar en que quizá fue nuestra propia ineficiencia al caminar la que nos llevó a trastabillar y finalmente quedar tendidos boca abajo en el suelo, sino que lloramos y reclamamos a gritos a nuestra mamá-estado para que nos sane las ideas.
Y no puede faltar el que reclame que es culpa de la propia mamá… “Es muy sobre protectora”, pero eso, claro, puede tener lógica para el bebé, pero no para una sociedad de INDIVIDUOS totalmente capaces que no quieren entender que tanto como son hijos también son la abuela del proceso ¡El estado es para y por los ciudadanos!
Quizá estemos “mal acostumbrados” y generalmente enlodemos nuestras potencialidades en un torrente de costumbres, porque quizá el gasto de ATP sea demasiado para ir en contra del gradiente.
Pero esta conducta, no creo, nos sea heredada por la genética, sino más bien se ha convertido en una epidemia que adquirimos cuando empezamos a sentirnos chilenos, porque al fin y al cabo a esta nacionalidad no le debemos solo el hecho de tener ciertas tradiciones, sino también más de alguna costumbre que nos obliga a sentirnos “El roto chileno”.
No cabe duda que esta posición puede sonar pesimista, o al menos demasiado negativa para aquellos que sostienen que Chile está evolucionando. Esta idea sin duda cobra más adeptos cuando se publican datos como “Chile es uno de los países con mayor porcentaje de ciudadanos que poseen casa propia” Claro puede parecer muy lindo… “Oh gracias mamá-estado” “Oh gracias un Techo para Chile” Pero no basta solo con leer este enunciado y alegrarse, si realmente tenemos un espíritu crítico nos percataremos del real problema que contrae este supuesto bien. Si, porque aunque muchos tienen casa propia, éstas están muy por debajo del rango habitable debido a que son de un tamaño excesivamente reducido. ¿Y dónde está lo malo, si igual sirven para vivir? Lo malo está en que si tenemos a una pareja que vive con tres hijos en 5metros cuadrados los roces y las peleas surgen hasta por parpadear, debido a que todo altera el ambiente, lo que trae por consecuencia uno de los índices mas altos de violencia intrafamiliar.
Es por esto que se deja expuesto el tema, porque no basta con reír al leer un enunciado aislado o “llorar” al estado cuando algo no nos resulta. Entendamos de alguna vez que está en nuestras manos mejorar, y por nuestro bien y el bien común debemos asumir nuestras responsabilidades, no podemos reclamar nuestros derechos si no hacemos nada por merecerlos.